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Texto Base: Romanos 14:17-19

“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo
en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios y
es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz
y a la mutua edificación.”

INTRODUCCIÓN

La carta de Pablo a los Romanos fue escrita para una iglesia conformada por judíos y gentiles convertidos a Cristo. En ella, Pablo aborda un conflicto que surgió en la comunidad debido a diferencias de opinión en temas como qué alimentos eran aceptables y la observancia de días sagrados. En este capítulo, Pablo busca guiar a la iglesia hacia una relación equilibrada, centrada en lo que realmente importa en el reino de Dios.

TRANSICIÓN: Los Faros de la Vida

A menudo, nos sentimos confundidos en nuestra relación con Dios y con los demás. En esos momentos, la vida puede volverse un espejismo, y discernir lo correcto resulta difícil. Un noticiario reciente relató la historia de un hombre perdido en el océano, quien, al perder su referencia, se encontró a la deriva. Así, cuando Pablo escuchó las divisiones de la iglesia romana, comprendió que habían perdido su referencia espiritual.

Pablo los redirige a un “faro” que los guía de vuelta a la unidad. Les recuerda que no estamos construyendo un reino propio, sino el reino de Dios, basado en la justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

DESARROLLO

Quiero invitarte a considerar cada uno de estos “faros” para mantenernos en la senda correcta en nuestra relación con Dios y con los demás.

  1. Primer Faro: La Justicia
    • Definición de Justicia: La justicia es la sabiduría para equilibrar nuestras decisiones. A menudo, buscamos la ventaja propia en nuestras relaciones en vez de buscar lo justo.

    • La Justicia como Báscula: La justicia se representa por una balanza, que se equilibra con un referente, en este caso, Dios y Su Palabra. 
      • Referente (Dios): Debemos tener un referente justo en una de las bandejas (Dios).
      • Referente en la Biblia: Al colocar nuestras acciones en una balanza con la Palabra de Dios, obtenemos equilibrio y coherencia.

    • Principios de Justicia:
      • Derechos y Deberes: Actuar con justicia implica respetar derechos y cumplir deberes.

    • Ejemplo Bíblico: Daniel 5:27, donde Dios juzga en balanza las acciones de un rey. También vemos el juicio justo de Salomón en 1 Reyes 3:16-27, cuando juzga sabiamente a dos mujeres disputando un hijo.

  2. Segundo Faro: La Paz
    • Paz como Fruto de la Justicia: Cuando actuamos con justicia, el resultado es paz en nuestras relaciones. En hebreo, “shalom” (paz) tiene un significado profundo y está conectado con otras palabras relacionadas, como deuda, perfección y ofrenda.
      • Paga (Deuda): Toda injusticia crea una deuda relacional. El perdón es la forma de pagar esas deudas.
      • Perfección (Contentamiento): Estar contentos con lo que tenemos genera paz. Hebreos 13:5-6 y 1 Timoteo 6:6 resaltan la importancia de contentarse con lo presente.
      • Ofrenda: En Levítico 7:11-12, la ofrenda de paz era un acto de gratitud, simbolizando reconciliación con Dios.

    • Ejemplo Bíblico: Romanos 5:1 nos recuerda que, justificados por la fe, tenemos paz con Dios a través de Jesús. También, cuando los reyes intercambiaban regalos de paz, simbolizaban reconciliación y gratitud.

  3. Tercer Faro: El Gozo
    • Gozo como Estado Permanente: La alegría es el resultado de vivir en justicia y paz. En hebreo, la palabra para alegría tiene la misma raíz que “pensamiento”, lo cual sugiere que nuestras ideas deben ser filtradas cuidadosamente para alcanzar el gozo.
      • La Mente de Cristo: Filtrar pensamientos y tener la mente de Cristo nos ayuda a experimentar alegría plena. (1 Corintios 2:16)
      • Jesús como Ejemplo: Hebreos 12:1-2 destaca que Jesús, por el gozo delante de Él, soportó la cruz. Si seguimos Su ejemplo y filtramos nuestros pensamientos como en Filipenses 4:8, alcanzaremos un estado de alegría duradero.

CONCLUSIÓN

Estos tres faros —justicia, paz y gozo— nos guían en todo tiempo, incluso en momentos oscuros o difíciles. Nos recuerdan la presencia y guía del Pastor Supremo, quien promete no dejarnos a la deriva y guiarnos siempre hacia un lugar seguro.

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